13/11/2020
Nadia Ferrari

Vilma Ibarra: “Generalmente, donde se ha legalizado tienen tendencia a la baja de abortos”

Por Manuel Tarricone, para Chequeado

Es difícil hacer una comparación ya que las cifras de abortos clandestinos se basan en estimaciones y no en datos oficiales. Sin embargo, la evidencia existente sobre los países en los que se legalizó la interrupción voluntaria del embarazo no muestra que haya un aumento en la cantidad de abortos a largo plazo, sino lo contrario. Esto no está sólo vinculado con el fin de la prohibición, sino a políticas a mejoras en la comunicación y el acceso de métodos anticonceptivos.

 

Por Manuel Tarricone, para Chequeado

 

La secretaria de Legal y Técnica de la Nación, Vilma Ibarra, señaló que el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) enviará al Congreso durante el mes de noviembre un proyecto de ley que garantiza la interrupción voluntaria del embarazo. En una entrevista en radio Metro, la funcionaria señaló: “Generalmente donde se ha legalizado tiene tendencia a la baja de abortos, como ha ocurrido en países como Uruguay”.

De esta manera, la funcionaria buscó argumentar que la ley de interrupción voluntaria del embarazo “no promueve los abortos”, ya que en los países que han legalizado la práctica los casos descendieron, según señaló.

Efectivamente, la evidencia existente sobre los países en los que se legalizó la interrupción voluntaria del embarazo no muestra que haya un aumento en la cantidad de abortos a largo plazo.

Es difícil tener datos exactos de la cantidad de abortos que se producen antes de la legalización, dado que no existen estadísticas oficiales de prácticas ilegales, pero aunque las cifras muestran en ciertos casos un aumento inicial, a largo plazo la práctica se estabiliza o disminuye.

En Uruguay, el caso mencionado por Ibarra, es legal la interrupción voluntaria del embarazo desde octubre de 2012. El Gobierno uruguayo estimaba que entre 1995 y 2002 se realizaban en promedio 33 mil abortos ilegales por año, y entre 2012 y 2013, tras la legalización, se realizaron 6.676, una cifra significativamente menor.

En los primeros años de la legalización se registró un aumento en la cantidad de abortos, en línea con lo que ocurrió en otros países, que luego se desaceleró. El aumento luego de la legalización, entre 2013 y 2014 fue del 19%, al año siguiente fue de un 9,6%, luego de un 3,8% y entre 2016 y 2017 fue del 1,4 por ciento. Aunque este incremento año tras año no implica que se realizaran más abortos que cuando era clandestino.

“Una vez que se legaliza hay un primer momento en el que parece que sube, pero lo que pasa es que estás pasando del dato clandestino al dato legal, no sabés si es que está creciendo porque tenías estimaciones previo a la legalización”, explicó a Chequeado Paola Bergallo, profesora de la Escuela de Derecho de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) e investigadora en temas de derecho a la salud y género.

“La despenalización no aumenta la tasa de abortos, como se suele suponer”, señala un informe de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO). Y agrega: “En algunos países hay un aumento inicial después de la despenalización, pero es imposible determinar si es un aumento real o el resultado de un subregistro cuando el aborto es criminal, y un mayor registro después de que el aborto se legaliza y no hay razón legal para esconderse”.

El informe, además, ilustra con algunos ejemplos europeos: “En Francia e Italia, la tasa de abortos por 1.000 mujeres en edad reproductiva mostró una fluctuación ascendente menor durante los primeros 2 o 3 años después de la despenalización, pero descendió continuamente en el período 1980-1996. En Portugal, donde la ley del aborto se volvió ampliamente liberal en 2007, el número de abortos se mantuvo estable o descendió de más de 18.000 en 2008 a 17.414 en 2013. Esto equivale a una tasa de abortos de 7,3 por 1000 mujeres en edad reproductiva, que se encuentra entre los más bajos del mundo”.

En España, por otro lado, donde hasta 2010 sólo se permitía el aborto por ciertas causales (peligro para la salud de la mujer o violación), a partir de su legalización hasta la semana 14 de embarazo el número de abortos se redujo: pasó de 113 mil abortos registrados en 2010 a 95 mil en 2018, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social español.

El informe, sin embargo, aclara: “No existe una relación directa de causa-efecto entre la legalización y un mejor acceso al aborto seguro y una disminución en la tasa de abortos. Una reducción en la frecuencia de embarazos no deseados que conducen al aborto suele ser el resultado de una mejor información y acceso a métodos anticonceptivos eficaces”.

Por otra parte, un informe realizado por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la Red de Acceso al Aborto Seguro (REDAAS) y el Centro de Estudio de Estado y Sociedad (CEDES) durante el debate parlamentario de 2018 en nuestro país señala: “En los países donde el aborto es legal, las prácticas disminuyen porque las mujeres ingresan al sistema de salud, acceden a anticoncepción y a un seguimiento médico”.

El documento, además, incluye el ejemplo de Ciudad de México, que legalizó la práctica en 2007, tuvo un incremento en los primeros años y luego una baja: “El 90% de las mujeres que tuvieron un aborto en Ciudad de México han salido con un método anticonceptivo luego de la práctica. Los índices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que la legalización reduce el número de abortos con el paso del tiempo. Los primeros años tiende a subir en comparación con las estimaciones de abortos clandestinos pero luego caen drásticamente”.