Si bien asegura que en algunas provincias se iniciaron procesos de compra de medicamentos, “no se acercaron a la distribución total que estaba a cargo del Ministerio de Salud de la Nación, dado que los costos son altos y las provincias no tenían previsto un presupuesto para eso”.

Es que el corte en la distribución de medicamentos por parte del gobierno nacional fue “de un momento al otro”. “La suspensión fue unilateral, intempestiva y sin haber sido previamente acordada con las distintas provincias para que pudieran planificar una compra racional; lo tuvieron que hacer como pudieron y sin posibilidad de negociar los precios”, explica.

Anticonceptivos: prevención de embarazo no deseado

En relación con la entrega y la aplicación de métodos anticonceptivos, insumos contemplados en el Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva y establecido por la Ley 25.673, según el último informe del Proyecto Mirar, se pasó de 4,4 millones en 2023 a 2,4 millones de unidades en 2024. En paralelo, otro programa que fue recortado durante el año pasado es el Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia (Plan Enia), desde el que se distribuían métodos anticonceptivos de larga duración para las adolescentes: de 50.000 en 2023 se entregaron unos 21.000 en 2024. Con este programa se había logrado reducir el embarazo adolescente en un 50%.

“Hoy las personas no pueden elegir el método anticonceptivo que deseen, ya que hubo una caída del 64% en la distribución de preservativos y anticonceptivos en todo el país”. “Desde las regionales de la campaña detectamos que la falta de ecógrafos y de disponibilidad de turnos para acceder a ecografías dilata los tiempos que estipula la ley para garantizar el aborto voluntario”, enfatizan desde la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Un informe publicado en 2021 ya advertía que siete de cada diez embarazos de adolescentes argentinas de entre 15 y 19 años fueron no intencionales y que, en el caso de las niñas menores de 15 años, la cifra aumentaba a ocho de cada diez embarazos, donde las causas principales eran por abuso sexual y violación. Este relevamiento fue realizado de manera conjunta por el Ministerio de Salud de la Nación y el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), con datos de 2018, cuando nacía el Plan Enia, en intento de respuesta a la problemática.

En este aspecto, el documento del proyecto Mirar indica que desde la sanción de la ley se logró una reducción de 57% de la tasa de fecundidad en niñas de diez a 14 años, donde intervienen situaciones ligadas al abuso sexual del entorno familiar cercano, un descenso “inédito en América Latina”.

¿Derogar la ley es posible?

En febrero de 2024, la diputada nacional Rocío Bonacci (La Libertad Avanza) presentó un proyecto para derogar la ley y tipificar al aborto como delito, una iniciativa que despertó tal controversia que, pocos días después de que se difundiera la noticia, el vocero presidencial, Manuel Adorni, tuvo que salir a decir que la propuesta no estaba impulsada por el Poder Ejecutivo.

Si bien la iniciativa es personal, el presidente argentino se expresó públicamente en repetidas ocasiones contra el aborto legal. “Para mí el aborto es un asesinato agravado por el vínculo, lo puedo demostrar desde una perspectiva matemática, filosófica, desde el liberalismo y, además, desde lo biológico”, había expresado en marzo.

Para que la derogación de una ley nacional sea efectiva, se necesita del apoyo de las dos cámaras del Congreso, una situación que, por el momento, según coinciden los espacios feministas, no sería viable. “Lo que dice Milei no tiene sustento, carece de coherencia y bases científicas, lo que lo convierte en algo muy difícil de tratar”, sintetiza Fanjul.

¿Qué herramientas hay pese a los recortes presupuestarios?

Desde Redaas, que es una red de profesionales de la salud, el derecho y el trabajo social que opera desde espacios de salud públicos y comunitarios para garantizar el acceso al aborto de manera segura y de calidad, aportan estrategias que permiten superar las dificultades que presenta el contexto actual.

“Entre las herramientas disponibles tenemos un asistente virtual para equipos de salud que brinda información sobre el abordaje clínico y marco legal, contribuyendo a brindar claridad sobre estos aspectos clave. Se trata de un recurso desarrollado en conjunto con el Centro de Estudios de Estado y Sociedad y ELA, que sirve de herramienta esencial para llevar claridad ante la incertidumbre intencionalmente generada desde algunas personas en la función pública”, remarca Gherardi.

“Buscaremos seguir fortaleciendo los colectivos profesionales como obstétricas y enfermeras, porque sabemos que son ellas quienes están más cerca de las comunidades en los centros de salud, que siguen siendo el principal lugar de ingreso de las personas que buscan la interrupción de su embarazo”, se suma Romero, y enseguida enfatiza: “Por supuesto que la falta de insumos va a ser un punto crítico y, además, todavía hay que ver cómo se posicionan las provincias de cara a 2025, año de elecciones legislativas. Habrá que ver qué gobiernos provinciales deciden sostener la agenda de salud y de derechos sexuales y reproductivos como parte de su agenda y cuáles no”.

Los reclamos de los colectivos feministas y la visibilización en las calles también se sostuvo en 2024, aunque no fue fácil. Al respecto, Fanjul lo analiza: “A la hora de organizarnos para dar respuestas a la embestida del gobierno contra nuestros derechos conquistados, muchos se preguntan dónde están un sinnúmero de feministas frenando semejantes atropellos; y la respuesta está en la realidad diaria que estamos viviendo. Este último año se han perdido puestos de trabajo y con ello las posibilidades de pagar un alquiler, de movilizarse para estudiar, de tener mínimamente cubierta nuestra asistencia en salud, no se puede pagar una obra social y el sistema público de salud ha sido desfinanciado”.

Y sigue: “Al mismo tiempo, tenemos que sostener económicamente a nuestros padres jubilados porque no les alcanza y tampoco tienen remedios cubiertos, tuvimos que doblar la cantidad de horas de trabajo o sumar nuevos trabajos, salir a vender cosas, a limpiar casas, trabajos precarizados en general para complementar ingresos. En este contexto es muy difícil dedicar tiempo a la militancia cuando el poco tiempo que tenemos es para descansar lo mínimo para seguir el día a día. Resulta muy agotador porque muchas veces también hay que sostener a la pareja que se ha quedado sin trabajo por el cierre de una pyme, por ejemplo. El desgaste de energías cuando las necesidades básicas no están cubiertas es enorme”.

De todas maneras, y a pesar de este panorama, desde la campaña ya tienen fecha prevista para volver a encontrarse en las calles. Será el 19 de febrero por el aniversario del primer Pañuelazo de 2018.