Denuncian el desguace del plan nacional que logró reducir casi a la mitad el embarazo no intencional en adolescentes
“No solo preveníamos embarazos, sino que hemos abordado situaciones de prevención de suicidio, de acompañamiento en situaciones de abuso y hemos encarado denuncias por abuso. Solo el año pasado se han judicializado 28 casos y se ha metido preso a los abusadores gracias a las asesorías de ENIA. Porque la adolescente o el adolescente llegaba de manera espontánea a hacer alguna consulta sobre sexualidad o métodos anticonceptivos y muchas veces en esa escucha aparecían relatos de abusos. Fuimos muy importantes en Tucumán para eso. Sumamente importantes. Pero ya dejamos de ir a los barrios. Esos adolescentes se quedaron sin nadie del Estado”.
El tono de voz de María Pía Diambra es una mezcla de enojo, impotencia, angustia y desazón. Manda audios largos, meticulosos, con mucha información mientras espera a sus pacientes, los que atiende como psicóloga particular. El trabajo que le quedó después de ser desvinculada de sus funciones como asesora en derechos sexuales y reproductivos del Plan Nacional de Prevención de Embarazo No Intencional Adolescente (ENIA) en la provincia de Tucumán.
“Trabajé seis años en tres espacios comunitarios: en un nodo de reciclaje; en un centro de prevención de adicciones en Manantial Sur, a varios kilómetros de la capital; y en hogares de cuidado institucional en el barrio San José, otra zona bastante alejada. Era parte de un equipo de seis personas en el dispositivo de base comunitaria, es decir que íbamos a los barrios a interactuar con las y los adolescentes. Era un equipo interdisciplinario. Igual que en todos los dispositivos de ENIA: siempre había docentes de distintas disciplinas, psicólogas, trabajadoras sociales, profes de teatro, obstetras… era realmente muy amplio. Y todos los trabajadores estamos formados en adolescencia y en derechos sexuales y reproductivos porque ni bien ingresabas al Plan te capacitaban. Yo tuve como nueve meses de capacitación hasta que fui a territorio. Eran capacitaciones súper intensas, que se sostuvieron hasta el último día casi”.
María Pía es una de las 60 personas sin renovación de contrato laboral en Tucumán, aunque no hubo notificación ni despido oficial.
“Hablo de despido entre comillas porque no nos avisaron nada. Nos enteramos por lo que dijo Adorni en la tele. Pero sé que estoy desvinculada del Plan ENIA porque no me llegó ningún contrato nuevo y eso generalmente se hacía uno o dos meses antes del vencimiento. Nuestros contratos solían ser anuales y se habían renovado en diciembre, pero eso se revocó con la nueva gestión y se cambió a contratos trimestrales. Desde ahí no supimos más nada. No nos mandaron mail, ni un whatsapp ni telegrama”.
Prevención de Embarazo No Intencional Adolescente
El Plan ENIA es la primera política pública que se plantea una intervención integral e intersectorial sobre el embarazo no intencional en la adolescencia, con articulación de áreas de salud, educación y desarrollo social. Fue diseñado durante ocho meses por profesionales técnicos del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES), del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) y de las provincias, con coordinación de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF); en base a la evidencia científica y experiencias de otros países, lo que permitió identificar las intervenciones más costo-efectivas para reducir el embarazo en la adolescencia.
En 2017 se lanzó durante el gobierno de Mauricio Macri y se sostuvo durante dos gestiones nacionales diferentes.
La socióloga Silvina Ramos fue coordinadora técnica del Plan ENIA y participó del armado desde el origen: “El Plan se instaló con mucha legitimidad. Tanto la gestión nacional como las gestiones provinciales atendieron la preocupación sobre la importancia de prevenir el embarazo no intencional en la adolescencia y tuvieron la voluntad política para implementarlo rápidamente en las provincias con los recursos que el gobierno nacional proveía, que eran básicamente vinculados a los insumos y a los recursos humanos. Recursos humanos territoriales; agentes que ofrecían prestaciones directas a las y los adolescentes en las escuelas, en la comunidad y en los servicios de salud”.
Inicialmente, el Plan ENIA se implementó en 36 departamentos de 12 provincias, priorizadas por los altos porcentajes de maternidad temprana y por la capacidad de impacto ꟷJujuy, Salta, Tucumán, Formosa, Chaco, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero, Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Buenos Airesꟷ, y en 2023 se impulsó la federalización a todo el país.
Según datos oficiales, 69.803 adolescentes de entre 15 y 19 años y 1.938 niñas menores de 15 tuvieron un hijo o una hija en 2018 ꟷen los inicios del Plan ENIAꟷ. Luego de tres años de implementación de la política fueron 46.236 las adolescentes de entre 15 y 19 años y 1.394 las niñas menores de 15 años que tuvieron un hijo o una hija. A su vez, mientras que en 2018 7 de cada 10 embarazos en adolescentes de 15 a 19 años eran no intencionales, en 2021 la cifra bajó a 5 de cada 10. Y en menores de 15 años, la no intencionalidad pasó de 8 de cada 10 a 7 de cada 10 embarazos.
Otros números señalan que entre 2018 y 2021 la tasa de fecundidad adolescente ꟷque es la cantidad de hijos nacidos en un año sobre el total de adolescentesꟷ también registró un importante descenso: de 49,2% a 27%. Es decir, un 27 por ciento de chicas de entre 10 y 19 años se convirtieron en madres en Argentina. Lo que significa una caída de casi el 50 por ciento en tres años.
Además, se logró una reducción del 43% en la tasa de fecundidad de la franja de niñas que tienen de 10 a 14 años, donde la mayoría de las gestaciones, se presume, provienen de situaciones de abuso, coerción sexual o violación, lo que hace más compleja aun su prevención.
Estas cifras a la baja se enmarcan en un contexto regional que ubica a América Latina como la segunda tasa de fecundidad adolescente más elevada a nivel mundial, luego de África subsahariana.
“La tasa aún se mantiene alta en algunas provincias del país. Y 5 de cada 10 embarazos siguen siendo no intencionales. Por eso es clave la continuidad del Plan ENIA para sostener esta tendencia y profundizar el trabajo en los territorios donde las brechas son más amplias. El embarazo no intencional tiene consecuencias determinantes en las vidas de niñas y adolescentes, en tanto presenta mayores riesgos de salud y de mortalidad materna, mayor probabilidad de abandono escolar, así como una inserción laboral más precaria. Pero a la vez tiene consecuencias a nivel económico para los Estados y la reproducción intergeneracional de la pobreza”, explica en diálogo con Infobae Mariana Isasi, Jefa de la Oficina del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) Argentina.
De acuerdo con el estudio Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia publicado por UNFPA en 2020 (https://argentina.unfpa.org/es/Consecuencias-socioeconomicas-del-embarazo-en-la-adolescencia-en-Argentina) en la Argentina solo el 38% de las mujeres que tuvieron un hijo en la adolescencia completó la educación secundaria, el 3% accedió a la educación terciaria y el 1% a la universidad.
Que es lo mismo que decir que la maternidad temprana profundiza las brechas de formación y la movilidad social: quienes tienen un hijo en la adolescencia suelen dedicar más tiempo y esfuerzo a las tareas domésticas y de cuidados que a su capacitación, por ende suelen conseguir trabajos informales.
El informe refleja, encima, que el embarazo en la adolescencia genera enormes cargas económicas para el Estado. Por ejemplo: el sistema público de salud destina 200 millones de dólares para la atención sanitaria del embarazo en la adolescencia; se estima que por año el Estado gasta 12,7 millones de dólares para la atención ambulatoria de los problemas de salud que se presentan en los embarazos de las adolescentes; y 18 millones de dólares para atender las complicaciones obstétricas que enfrentan las adolescentes embarazadas y que requieren internación. La inversión en prevención, en cambio, podría aumentar los ingresos generados por mujeres hasta un 0.14% del PBI.
Tucumán
El martes pasado el Ministerio de Salud anunció el “rediseño” del Plan ENIA“ (https://www.argentina.gob.ar/noticias/salud-rediseno-el-plan-enia) en el marco de una redefinición de competencias entre la Nación y las provincias”. El aviso oficial expone la finalización de “619 contrataciones a consultores por 1.150 millones de pesos” argumentando que “el Ministerio de Salud ejerce el rol rector que marca el rumbo y define cuáles son las estrategias a seguir, mientras que las provincias tienen la responsabilidad de aplicarlas en sus respectivos territorios (…) si las provincias quieren seguir con las contrataciones mencionadas podrán hacerlo bajo su propia evaluación y solvencia”.
María Pía es una de las 619. Cumplía 30 horas semanales de trabajo por un sueldo de 262 mil pesos por mes, con la obligación de escribir y entregar informes trimestrales sobre sus tareas como condición para poder cobrar.
“Para colmo de los sueldos de miseria, con la asunción de las nuevas autoridades comenzamos con muchísimas demoras en los pagos. Hay una compañera que llegó a cobrar el día 28 del mes. Con todo lo que eso implica: alquileres, servicios, expensas tarde… únicamente pensar en que el boleto mínimo del colectivo sale 850 pesos en Tucumán. Antes contábamos con viáticos, teníamos folletería, podíamos pedir juegos o pelotas por ejemplo para trabajar ciertas temáticas con los adolescentes. Teníamos un montón de recursos que bajaban del ENIA que nos permitían desarrollar estrategias territoriales para captar adolescentes. Todo eso ya se había perdido antes de que nos echaran. Y ahora los 619 contratos dados de baja son todos territoriales. O sea, lo que sacaron del Plan es la parte territorial, que es lo que hace al Plan digamos. Deben haber quedado 100 personas contratadas en Buenos Aires en oficinas o acompañantes virtuales de cada provincia. ¿Cómo hacés todo lo que hacíamos sin territorio?”.
La población objetivo del dispositivo de María Pía dentro del Plan ENIA eran los y las adolescentes no escolarizadas de algunos de los barrios de la capital tucumana con mayor deserción escolar. Esos pibes y esas pibas a las que no les llegaba la Educación Sexual Integral (ESI) porque no estaban en las escuelas.
“Hacíamos nexo con las referentes territoriales de un comedor o de algún centro cultural o de adicciones donde ya estaba asentado Desarrollo Social pero donde faltaba el abordaje de derechos sexuales y reproductivos. Nos anclábamos ahí, construíamos acuerdos con los servicios de salud cercanos para poder aceitar ‘turnos protegidos’ con ginecólogas, médicos o lo que necesitara cada adolescente. Por eso también era importante nuestro rol, porque facilitábamos la llegada a la salud. Además hacíamos talleres grupales y además capacitábamos a la población adulta para sensibilizar sobre derechos sexuales y reproductivos. Compartíamos información de una manera amorosa, porque puede ocurrir que las adolescentes no sientan reticencia a hablar sobre sexualidad o sobre métodos anticonceptivos pero las adultas sí”.
Sólo en el año 2023 en toda la provincia de Tucumán se realizaron 5.811 asesorías a adolescentes y jóvenes de 12 a 24 años, se colocaron 4.838 implantes subdérmicos, y se capacitaron en ESI a 138 escuelas, entre ellas a 775 docentes y 32.661 estudiantes.
Más de una vez la presencia de operadores y operadoras del Plan ENIA articulando en red en los barrios funcionó como puente entre adolescentes y la escuela.
“Se han acercado adolescentes sin DNI, entonces articulábamos con los centros de referencia, generábamos los documentos y los ayudábamos para que empezaran a estudiar”.
Catamarca
Amaicha del Valle González era acompañante pedagógica del Plan ENIA en Catamarca, donde se implementaba en la capital de la provincia y en los departamentos de Belén y Valle Viejo.
“Mi función era acompañar a docentes en la incorporación de contenidos ESI en el aula. Lo que hacíamos era capacitar a los y las docentes, compartir material, armar talleres con los equipos de gestión de las escuelas. La verdad es que nuestra función era muy importante porque pudimos reducir los porcentajes de embarazo no intencional en la adolescencia en Catamarca, pero además logramos develamientos de abuso sexual, trabajamos en contra del bullying, en la prevención de enfermedades de transmisión sexual… Es gravísimo que este Plan desaparezca o que continúe solamente en Buenos Aires. Hay docentes que al principio no querían o tenían prejuicio en cuanto a la ESI y hoy en día están totalmente consternados de que el ENIA desaparezca porque realmente les ayudaba. A todos. A los chicos para poder tomar decisiones informadas, pero igualmente a los y las docentes porque tenían acceso fácil a información que podían después compartir con sus alumnos y lograr una mejor relación cotidiana con ellos”.
Los resultados de impacto del Plan ENIA publicados en 2021 muestran que en Catamarca, en cuatro años, la Tasa Específica de Fecundidad Adolescente (TEFA) temprana ꟷ10 a 14 añosꟷ bajó 32,2%; la TEFA tardía ꟷ15 a 19 añosꟷ bajó 53,5%; y la TEFA total ꟷ10 a 19 añosꟷ bajó 53,1%.
Amaicha tampoco fue formalmente notificada de su desvinculación laboral.
“El 5 de abril desde el gremio nos avisaron que el Plan cerraría. En Catamarca somos 46 trabajadores y trabajadoras que quedamos sin cumplir funciones. A los ocho compañeros que estaban en planta provisoria les llegó la notificación de la no renovación de contrato. Pero al resto no nos dijeron nada. A pesar de que éramos monotributistas y dependíamos de fondos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que es un fondo internacional. Ni siquiera es que Nación pagaba nuestros contratos”.
El desguace
Victoria Ruíz, Secretaria Pro Gremial de ATE en el Ministerio de Salud, describe lo que caracteriza como un desguace del Plan ENIA.
“La mayoría de las personas despedidas no tuvieron ninguna comunicación oficial sino que se enteraron a través de la tele por la conferencia de prensa del vocero presidencial. Y si bien el Gobierno Nacional plantea una redefinición del Plan y no habla de cierre, nosotros creemos que si echan a la mayoría de los trabajadores y de las trabajadoras que llevan adelante las acciones vinculadas al Plan ENIA en el territorio nacional, de alguna manera lo están vaciando. Es muy difícil pensar que las políticas públicas puedan llevarse adelante si no hay trabajadores. Con el desguace de esta política, entonces, están vulnerando los derechos sexuales y reproductivos de niñas y adolescentes y el derecho al trabajo de más de 600 personas en todo el país”.
Conocidas las decisiones gubernamentales sobre el Plan ENIA, la diputada radical Carla Carrizo presentó, junto con otros nueve legisladores, un proyecto de resolución en el que solicitan al Poder Ejecutivo Nacional información actualizada del estado de la política pública. Según detallaron, buscan conocer si se encuentra garantizado el pleno funcionamiento del Plan para este 2024 a nivel nacional, el plan de acción, las actividades previstas, la política del gobierno nacional, el presupuesto asignado, y los posibles aumentos de partidas.
La diputada dio cuenta de la preocupación: “El Plan ENIA redujo a la mitad el embarazo adolescente no deseado en Argentina, por eso es una referencia de experiencia exitosa. Es una de las pocas políticas de Estado ꟷatravesó dos gestiones de gobiernoꟷ que realmente ha dado resultados positivos, un ejemplo para otras políticas que enfrentan el desafío de coordinar sectores y actores en un país con 24 distritos. En lo que funciona bien no puede haber motosierra”.