Hablemos de Métodos Anticonceptivos: datos sobre su utilización en mujeres de 15 a 49 años
La utilización de métodos anticonceptivos es una parte clave de la salud sexual y (no) reproductiva y, por eso, es importante contar con datos que nos den un panorama sobre los comportamientos y las preferencias de la población en este campo. Sin embargo, la Argentina no cuenta con relevamientos que nos brinden esta información actualizada.
La Encuesta Nacional sobre Salud Sexual y Reproductiva que realizó el INDEC en 2013 ya no refleja una realidad acorde a nuestros tiempos. Por eso, Mariana Romero y Silvina Ramos del CEDES, junto con AMAdA, Luis Costa y Asociados, y con el apoyo de Bayer, realizaron el Estudio Lucía: usos y preferencias de métodos anticonceptivos en mujeres de 15 a 49 años.
El Estudio Lucía cuenta con dos componentes: cuantitativo y cualitativo, es de alcance nacional, fue realizado durante 2023 y se encuestó a 2000 mujeres de entre 15 a 49 años residentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Área Metropolitana de Buenos Aires.
¿Qué métodos anticonceptivos utilizan las mujeres en la Argentina? ¿Por qué prefieren unos por sobre otros? ¿Dónde buscan información? Todas estas preguntas (y más) se responden en este trabajo que nos sugiere líneas de acción que, como equipos de salud, podemos poner en juego a la hora de pensar en una consejería en MAC y en una atención de calidad.
¿Cuáles son los métodos anticonceptivos más utilizados?
El preservativo, las pastillas anticonceptivas, la ligadura tubaria, el implante subdérmico y los anticonceptivos inyectables (mensuales o trimestrales) son los cinco MACs más utilizados por las mujeres argentinas de entre 15 y 49 años hoy.
- El preservativo es el método más utilizado por las mujeres de entre 15 y 49 años: 4 de cada 10 mujeres afirma utilizarlo actualmente.
- Las pastillas anticonceptivas son utilizadas por poco más de un tercio (34%) de las mujeres de entre 15 y 49 años.
- 1 de cada 10 mujeres entre 15 y 49 años optó por la ligadura de trompas.
- El implante subdérmico es utilizado por una mayor proporción de jóvenes sin diferencias en términos de nivel socioeconómico y nivel educativo. Es el tercer método más reportado entre las mujeres de 15 y 19 años (27% lo utiliza actualmente) y por aquellas entre 20 y 29 años (2 de cada 10 lo utilizan actualmente).
Si bien las personas encuestadas dicen tener conocimiento sobre los diferentes MAC (ante la pregunta de qué MAC conocés, la categoría “no conozco ninguno” registra 0% de respuestas), un 25% afirma no haber utilizado ningún método de barrera durante su primera relación sexual.
Además, un 15% de las encuestadas contestó no usar actualmente ningún método anticonceptivo. ¿Por qué motivos? La mitad de esas personas no indicó un motivo específico. Un 9% no utiliza actualmente MAC porque busca un embarazo y una misma proporción indicó que “no le gustan” o “no pueden tener hijos”. Un 6% afirmó que la no elección de estos métodos tiene que ver con que a su pareja “no quiere”. Igual porcentaje se observa para la categoría de “temor de que se afecte su salud o no tiene dinero para comprarlos”. Solo 1% no tiene conocimientos o esgrime razones religiosas para no usarlos.
¿Qué sucede con los métodos anticonceptivos de larga duración?
Los métodos anticonceptivos de larga duración (LARC, por sus siglas en inglés) aportan beneficios clínicos y una alta eficiencia, lo que supone un beneficio tanto para la persona que lo utiliza como para el sistema de salud. En cuanto al uso actual, 11% de las personas encuestadas usa el implante; 5% DIU y SIU.
Un dato importante es que el hospital público y los centros de atención primaria (APS) son las dos puertas de acceso a los implantes subdérmicos, un tipo de LARC. El 90% de las mujeres que lo utilizan actualmente reportaron haberlo obtenido en esos lugares, y el 87% de las que actualmente utilizan este método lo obtuvieron en forma gratuita. En términos etarios, el implante subdérmico es utilizado por una mayor proporción de jóvenes (entre 15 a 19 años y 20 a 29 años) sin diferencias significativas según nivel socioeconómico y nivel educativo.
Otro factor a tener en cuenta es que, con respecto a estos MAC, existen temores y preocupaciones sobre las hormonas. En términos generales, existe una preocupación de las usuarias en relación a métodos que contengan hormonas y que alteren el ciclo menstrual: la ausencia de menstruación se asocia con una pérdida de control y/o de la capacidad de entender qué sucede con sus cuerpos.
“El DIU no lo usaría, pero el chip sí. Entonces, ahí es como contradictorio. Creo que hoy en día tratamos de buscar cosas que no nos invadan tanto en el cuerpo. Por seguridad de no quedar embarazada, yo sí usaría el chip, aceptaría esa invasión en mi cuerpo porque es algo que me haría bien, se supone”, afirmó una de las personas encuestadas.
¿Cómo buscan asesoramiento sobre MAC?
El estudio Lucía muestra que las redes sociales o los motores de búsqueda en internet son fuentes que las personas usuarias consultan a la hora de informarse sobre MAC.
Sin embargo, los equipos de salud cumplen un rol fundamental: 6 de cada 10 personas usuarias recurren a profesionales de la salud, mientras que 5 de cada 10 googlea y 2 de cada 10 consulta en las redes sociales.
Cuatro de cada 10 usuarias toman la decisión de adoptar un método solas y también 4 de cada 10 lo hacen con el acompañamiento de otra persona con quien se tiene algún tipo de vínculo familiar o afectivo.
De los datos también se desprende que la elección sobre los MAC muchas veces está afectada por factores como la opinión de la madre o de personas cercanas, que influencian según su experiencia; y también por el asesoramiento de profesionales. En este sentido, en la presentación del Estudio Lucía, Federico Tobar, sociólogo y asesor de UNFPA, afirmó: “Se encienden señales que nos demandan que trabajemos. Por ejemplo, en el alto sesgo por parte de la indicación de los profesionales”.
“Los profesionales en Argentina continúan indicando métodos orales como principal elección, que son menos eficaces, menos económicos y registran menos adherencia fundamentalmente en poblaciones más vulnerables. Necesitamos trabajar en sensibilizar a los profesionales respecto de la conveniencia de indicar métodos de larga duración”, destacó.
Para dar una mejor atención, el estudio presenta una serie de oportunidades a tener en cuenta:
· En relación a la calidad de las consultas brindadas por especialistas, se espera que los y las profesionales de la salud estén más abiertos a conocer a las usuarias (estilos de vida, características, preferencias) para ofrecer una recomendación más acertada y orientada a sus necesidades y expectativas.
· Poder ver y tocar los MAC que van dentro del cuerpo, entender su funcionamiento.
· Que se les presenten los diferentes métodos en detalle considerando su forma de uso, efectividad y posibles efectos secundarios
· No sentirse juzgadas o retadas por los profesionales.
· Tener contención con respecto a sus miedos.