Ana Clara Bormida

Día Mundial de la Mujer Médica: una fecha con historia y con propósito

El 11 de febrero se celebra en todo el mundo el día de la mujer médica. ¿Por qué? Porque un 11 de febrero, en 1849, Elizabeth Blackwell se convertía en la primera mujer en graduarse en medicina en el Geneva Medical College, en Nueva York. Su recorrido no fue fácil: antes de ser aceptada en esa institución, otras 10 universidades rechazaron su postulación. En esa época, las carreras universitarias estaban reservadas solo para los hombres. 

En Argentina, varias mujeres abrieron el camino. La primera en estudiar una carrera de sanidad en nuestro país fue Élida Passo, quien logró recibirse de farmacéutica en 1885, convirtiéndose en la primera mujer en América del Sur en terminar una carrera universitaria. Luego, cursó medicina, pero una tuberculosis le causó la muerte. 

Cecilia Grierson fue la primera mujer en obtener un título de medicina en América del Sur, en 1889. Tres años después, la siguió Elvira Rawson. Una década más tarde, la Argentina tuvo su tercera mujer médica: Julieta Lantieri

Grierson, Rawson y Lanteri, además, fueron destacadas militantes feministas que lucharon por los derechos de las mujeres en diferentes aspectos, sobre todo el derecho a estudiar y a votar. 

¿Cómo es la realidad de las mujeres médicas en la actualidad?

En un artículo publicado en Clarín en noviembre de 2019 se informó que ese año ingresaron al Ciclo Básico Común de la carrera de Medicina en la UBA​ 8.827 mujeres (71%) y 3.610 varones (29%), tendencia que se mantiene hasta el final de la carrera: el 68% de los egresos de 2018 fueron de mujeres.

El artículo cita, además, datos de la enseñanza privada. Por ejemplo, la Universidad de El Salvador, registraba un 67% mujeres y 33% de varones en Medicina General en el 2019

Según el informe El liderazgo de las mujeres en la salud de las Américas: por una gobernanza sanitaria paritaria e inclusiva, realizado por el Task Force Interamericano, a nivel global, las mujeres representan el 70% del personal sanitario, aunque sólo ocupan el 25% de los cargos más altos tanto a nivel asistencial, administrativo, como de gestión (Organización Mundial de la Salud – 2019). 

Este trabajo, además indica que, si bien los hombres representan menos del 30% del personal sanitario, sostienen más del 70% de los puestos directivos.

“En la medida en que las mujeres están subrepresentadas en las posiciones de liderazgo y gobernanza en el sector de la salud, sus contribuciones tienden a ser menos reconocidas y valoradas. Esto refuerza un ciclo de desigualdad de género, donde las voces y perspectivas de las mujeres quedan marginadas en la toma de decisiones. Esta falta de representación no solo afecta a las mujeres individualmente, sino que también moldea la agenda de salud y la asignación de recursos a todos los niveles, incluido el comunitario”, alerta el estudio.

Este estudio destaca que la limitada presencia de mujeres en puestos de liderazgo y toma de decisiones está vinculada con la invisibilización de problemas específicos de salud de las mujeres en investigaciones, tratamientos y políticas públicas, perpetuando un círculo de desigualdad y violencia que impacta en el ejercicio pleno de sus derechos.

¿Por qué celebramos el día de la mujer médica?

Porque, como nos muestra la historia, la presencia de las mujeres en las universidades no fue algo dado: fue uno de los tantos derechos que tuvimos que conquistar. Y, si bien logramos mucho, los números nos muestran que todavía existen sesgos, el famoso “techo de cristal”. 

Por eso el 11 de febrero celebramos el día de la mujer médica: por todo lo que conseguimos, por el lugar tan importante que ocupamos y por todo lo que tenemos por delante. Este día es un día con historia y con propósito: celebrar a todas aquellas mujeres que ejercen esta profesión quebrando el techo de cristal y abriendo camino para las que siguen.