Viviana Mazur | Malén Aguayo | Sofía Boggiano

18 años de la Ley de Educación Sexual Integral

El 4 de octubre se celebran 18 años de la sanción de la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral (ESI). La ESI es un derecho fundamental para las niñeces y adolescencias, que, además, a través de su implementación en las escuelas e instituciones comunitarias y de los debates que ha generado ha fortalecido y ampliado otros derechos esenciales para las mujeres, la población LGBTIQ+ y la sociedad en general.

Entre estos avances se destacan normativas como la Ley de Matrimonio Igualitario 26.618/10, la Ley de Identidad de Género 26.743/12, siendo también un elemento central en la lucha por la sanción de la Ley de IVE/ILE 27.610/21.

La Ley 26.150 pone en acción una política educativa que aborda activamente la sexualidad desde la práctica pedagógica. Se define la Educación Sexual Integral como aquella que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos, dando espacio a esta dimensión inseparable de la subjetividad. A partir de los ejes «Reconocer la perspectiva de género», «Respetar la diversidad», «Valorar la afectividad», «Ejercer nuestros derechos» y «Cuidar el cuerpo y la salud», se busca garantizar la integralidad de la propuesta pedagógica.

Históricamente, gracias a la incansable lucha de los feminismos y colectivos disidentes, la ESI se ha consolidado como una herramienta fundamental en la protección de derechos. Ha sido clave en la prevención de las violencias por motivos de género, la discriminación, los femicidios, los crímenes de odio y la violencia sexual contra las niñeces y adolescencias, entre otras. Un claro ejemplo de su impacto es que alrededor del 80% de les niños/as/es y adolescentes víctimas de violencia sexual lograron comunicarlo gracias a las clases de ESI.

Además, políticas como la ESI y el trabajo intersectorial promovido por el Plan ENIA han sido fundamentales para reducir el embarazo no intencional en la adolescencia, logrando una disminución sostenida de la tasa de fecundidad adolescente, que se ha reducido a la mitad en los últimos cinco años.

Frente a las conquistas en derechos humanos y en particular en derechos relacionados con la sexualidad, han resurgido discursos conservadores que atacan con fuerza a la ESI. A 18 años de su sanción, a las deudas y desafíos que aún persisten para su efectiva implementación en todo el país, se suman  estos discursos, que avanzan globalmente de la mano de las «nuevas» derechas, buscando hegemonizar el debate público e imponer un sentido común opuesto a su enfoque integral. En nuestro país, esto se traduce en discursos oficiales y medidas concretas, como el desmantelamiento del Plan ENIA y el vaciamiento de la línea 144, que ofrece contención y asesoramiento a víctimas de violencia de género. Además, se promueven propuestas curriculares de «Educación Emocional», que abordan las emociones desde un paradigma de «gestión» y «control», con una perspectiva individualista que niega su dimensión social y resulta funcional al programa político-económico neoliberal.

A diferencia de ello, desde la ESI se propone un trabajo sobre lo afectivo y lo vincular que invita a reconocer y problematizar sus atravesamientos sociales y culturales, con una mirada integral y crítica de las desigualdades estructurales, desde un enfoque interseccional que permite dar cuenta de las diversas formas de opresión. Por ejemplo, alrededor de los ejes de la ESI sobre género y diversidad se articulan contenidos e intervenciones relacionadas con la revisión de prácticas y representaciones heteronormativas y cisgénero, así como de las tradicionales formas de concebir masculinidades y femineidades, a la vez que promueve el reconocimiento de la identidad de género para todas las personas.

En su 18° aniversario reivindicamos a la ESI como herramienta de transformación social que, a través de su propuesta pedagógica en los espacios educativos, contribuye a la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. Hoy más que nunca, es abrazada como espacio de resistencia por quienes luchamos cotidianamente por garantizar derechos.

Malén Aguayo es Licenciada en psicología. Integró el Programa de ESI del Ministerio de educación hasta marzo 2024

Sofía Boggiano es Profesora en Educación primaria. Docente de la Especialización en ESI del ISP Joaquin V Gonzalez.GCBA.

Viviana Mazur es Médica general y familiar. Consejo Académico de la Especialización en ESI del ISP Joaquín V. González. Integrante de REDAAS